sábado, 18 de agosto de 2012

La reconciliacion

La reconciliación: nueva propuesta del MAS para Venezuela Jesús Alberto Castillo CNP-11.115 Los días 26, 27 y 28 de julio de 2008 se llevó a cabo la XIII Convención Nacional del MAS, la cual sirvió de escenario para la presentación de una serie de documentos enmarcados en la situación social, política y económica del país. Este servidor tuvo la oportunidad de presentar uno de ellos titulado “Un partido innovador para repensar al Estado”, donde se plasma una visión refrescante del MAS para acometer grandes aportes sobre el modelo de Estado que queremos, inspirado en la figura del Primer Ministro Ejecutivo y el federalismo como mecanismo de articulación de la política pública para garantizar el progreso económico y el robustecimiento de la democracia. Lo fundamental es que el MAS tenía mucho tiempo que no abordaba grandes ejes temáticos que permitieran buscar salidas urgentes a la grave situación política de Venezuela. Las autoridades nacionales, recién nombradas, asumieron el reto de abrir el debate constructivo no sólo con los convencionistas que se dieron cita, sino con importantes personalidades del mundo político, empresarial y eclesiástico para producir ideas que permitan abrir caminos hacia el país que queremos, fundamentalmente atacar con probada decisión los grandes cuadros de miseria de la población. Después, de fructíferos debates, el MAS coloca ante los venezolanos el tema de la RECONCILIACIÓN como único camino para encaminar a la nueva Venezuela. El país que tenemos El documento central del MAS señala que en estos 14 años de gobierno las expectativas del pueblo venezolano se han visto frustradas ante la imposibilidad de Chávez por superar los urgentes problemas que prometió atacar en su campaña electoral. Más bien, ha profundizado una crisis política, social, económica y moral que amenaza con conducirnos al caos por los senderos de la violencia y el autoritarismo. En lo social, son alarmantes los altos niveles de inseguridad y la incompetencia oficial para enfrentar al hampa. Hoy los venezolanos vivimos más inseguros que nunca, la criminalidad no tiene precedentes en nuestra historia. Pese a los grandes esfuerzos por maquillar la realidad y manipular las cifras, se ha hecho inocultable el alto índice de desempleo y el excesivo aumento de la economía informal, agudizada por la discriminación política y exclusión laboral del gobierno. El déficit de vivienda es hoy superior a 1.800.000 y el gobierno es incapaz para conciliar tecnología, capital privado e inversión pública para resolver este problema. Por otro lado, hay un evidente colapso de los servicios públicos e infraestructura en vialidad, electricidad, acueductos y drenajes. Igualmente, el deterioro de la planta física del sistema educativo y de salud pública, así como el abandono y desabastecimiento de hospitales y ambulatorios. La proliferación de “misiones” sin régimen legal, sin presupuesto ni control, evidencia la improvisación del gobierno para atender la pobreza en el país. Sólo le ha servido para un despliegue clientelar y populista jamás visto en el país y, a su vez, ha creado una irrefrenable corrupción. Además, se han lesionados los derechos y libertades públicas e individuales, particularmente, la libertad de expresión ante los constantes acosos y persecuciones a periodistas, columnistas y empresarios de medios. Hoy el gobierno ha criminalizado la disidencia de opinión y maneja a su antojo el poder judicial y los demás poderes para mantener presos políticos. A esto se agregan las amenazas diarias contra la independencia y autonomía de sindicatos, gremios, organizaciones civiles y universidades públicas, así como la creciente estatización de empresas por motivaciones políticas. Este cuadro ha creado un clima de inseguridad jurídica, paralización del aparato productivo y drástica caída de inversiones con su fuerte impacto social. De allí los altos niveles de desempleo y subempleo, el índice más elevado de inflación en el continente y los problemas de desabastecimiento de la dieta básica y contrabando de combustibles, lo cual muestra la limitada producción de gasolina y mal manejo de la industria petrolera. A pesar de los enormes recursos recibidos, la deuda pública ha subido en 326% y hay un déficit en la balanza de pago. Las cifras del desastre Parte del documento del MAS refleja una serie de datos que son claves para evaluar el desempeño del gobierno en 14 años, a saber: El gobierno ha intervenido más de 600 fincas (2,5 millones de hectáreas) Gasto de más de 8 mil millones de dólares por compra de armas de guerra El bolívar fuerte ha perdido el 55 % de su poder adquisitivo. El sector privado exporta solamente 3 mil millones de dólares anuales El gobierno tiene una hegemonía mediática de 731 medios de comunicación 9 millones de venezolanos están en situación de pobreza El Ministerio de Educación tiene 150 mil profesores en situación de contratados En 1998 hubo 4.500 homicidios, en el 2011 llegó a 152.000 personas La violencia deja alrededor de 300 muertos todos los fines de semana en el país Más de 400 contratos colectivos vencidos en la administración pública El regalo de dinero a otros países supera los 60 mil millones de dólares Venezuela pasó de ser exportador de café a importador El presidente ha promulgado 169 decretos leyes por uso de poderes especiales Según la OPEP la producción venezolana de crudo sólo alcanza 2.207.000 barriles diarios, cuando las estimaciones reflejaban 3.4 millones para 2011 Se han ido del país 9 mil científico y 7 mil médicos La deuda pública para el 2011 cerró en 128.000 millones de dólares Más de 4 millones de niños se encuentra fuera del sistema educativo La importación de alimentos en el país alcanza el 70 En el país existen 15 millones de armas circulando sin ningún control En las cárceles venezolanas hay 12 mil camas para 42.500 privados de libertad Los verdaderos directores de penales son los reclusos denominados “pranes” El camino es la reconciliación del país El MAS advierte que a pesar de este cuadro patético, Chávez ha tenido éxito en su estrategia política y electoral porque se ha empeñado en dividir a los venezolanos entre “patriotas” y “apátridas”, “buenos” y “malos”, “revolucionarios” y “burgueses”, “héroes” y “traidores”, “soldados del proceso” y “majunches”. Por tanto es imposible que sea garante de la paz ciudadana y la convivencia democrática, tal como pregona con su “corazón” como lema de campaña. Asimismo, usa los más variados recursos retóricos y simbólicos para ideologizar al pueblo y venderse cómo el mesías necesario, el líder redentor de los pobres; por tanto debe permanecer en el poder. Las cifras anteriores muestran que no es verdad. A esto se suma la orquestada estrategia de “su estado de salud” para victimizarse y maquillar el grave desastre que hay en el país. Ante este polvorín, el MAS plantea la RECONCILIACIÓN como camino para construir la Venezuela que queremos. La idea es que comencemos a reconocernos chavistas y no chavistas; ricos, clase media y pobres. Todos somos venezolanos. El debate no puede hacerse sobre la exclusión, sino a apostar al fortalecimiento democrático con la construcción de una alternativa para la paz y el progreso, respetando las diferencias de cada uno de nosotros. “Tenemos que construir un clima de tolerancia y respeto por quienes opinan distinto”. Se trata de reconocer “al otro” aunque piense de otra manera. “Sólo así es posible construir una sociedad donde la diversidad sea fuente de riqueza, creatividad e innovación, donde el pluralismo sea el signo dominante”. La Venezuela que queremos La reconciliación debe comenzar, precisamente, con la creación de una visión compartida entre los venezolanos sobre el país que queremos, construida sobre las bases de una democracia moderna y un Estado transparente que rinda cuentas, que reconozca y respete los derechos de los ciudadanos y mejore sus condiciones de vida en un ambiente de tolerancia e igualdad política y social. La propuesta de “la reconciliación” se fundamenta en la revalorización de lo público, un compromiso ético sobre la forma como se ejerce la política, que castigue legal y socialmente la violencia y el crimen e incremente su capacidad de crear empleos y bienestar para la población. También, implica el fortalecimiento de un Estado que cumpla su rol de proveedor de seguridad y estabilidad, de regulador de la actividad privada, no intervencionista, y de salvaguardar el interés público. La propuesta de “reconciliación” del MAS implica un cambio de modelo de hacia la gobernabilidad democrática, separación y equilibrio de los poderes públicos y lucha eficaz contra la corrupción y el clientelismo. La recuperación de una cultura y respeto ciudadanos, confianza mutua y pluralismo político en la sociedad y el Estado. El refuerzo de una política electoral por medio de la educación y participación ciudadana, así como el fortalecimiento de los partidos políticos. Un modelo de desarrollo que genere crecimiento económico equilibrado, modernice y diversifique la estructura productiva, respete el medio ambiente y sus ejes centrales sean las personas y el trabajo. En fin, un compromiso y consenso político de luchar contra la pobreza, mediante una educación de calidad, la promoción formal de empleos productivos y la consolidación de un modelo fiscal justo para todos los sectores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario